Hugo Chávez ha empezado en Venezuela un cambio que genera
dificultades para la interpretación de los científicos sociales
acostumbrados a teorías importadas de EE.UU. y Europa: el
ejercicio del poder en una democracia no tiene que ser hecho a partir de
élites preparadas, sino que puede se basar en la participación de las
masas organizadas.
Habíamos leído en las Facultades de Ciencias Sociales que el poder es ejercido por élites que compiten en el sistema electoral. Habíamos
aprendido que las masas sólo pueden existir como objeto (jamás sujetos)
del poder y en teoría sería bueno que sea así en beneficio de la salud
democrática: para las teorías de las élites, por ejemplo, una minoría
debe ocupar el poder y ejercerlo de manera a responder demandas de la sociedad. Este sería el clásico sistema de inputs y outputs. Para
esta línea de pensamiento, mucha gente participando de la política
puede generar un “exceso de democracia” que amenaza a la propia
democracia, como suele decir el pensador norteamericano Samuel Huntington. Es decir, hay demasiada gente; gente que no debía estar ahí.
Confira o texto do sociólogo Felippe Ramos, na América Economia (em espanhol).
Ou na tradução do Google.
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