Alberto Korda es el fotógrafo cubano más conocido... y a la vez el más desconocido. Sus imágenes legendarias del Che Guevara y de Fidel Castro forman parte de la iconografía y del mito de la revolución cubana, pero Korda fue mucho más que el hombre que retrató a sus líderes. "Sólo el 10% de su obra tiene que ver con el tema de la revolución", asegura su hija Diana Díaz, feliz porque, por fin, una exposición y un libro descubren al otro Korda: al gran creador que convirtió la belleza femenina en arte e hizo de la publicidad y la moda un espacio de vanguardia que sobrevive hoy.
"Korda no sólo fue testigo de excepción de aquellos años épicos de la revolución, fue un artista increíble y moderno. Sus fotos de mujeres, que retrató en su estudio en los años cincuenta son revolucionarias; y ese trabajo de composición con modelos lo reelaboró e incorporó al que hizo después con los líderes guerrilleros", cuenta Cristina Vives, amiga personal del fotógrafo y responsable de la edición del libro y de una exposición que bate records de asistencia en La Habana.
El título en ambos casos es el mismo: Korda Conocido Desconocido. También podría haber sido Korda definitivo, pues ofrece una visión integral -y nada oficial- de la trayectoria de Alberto Díaz Gutiérrez, verdadero nombre del artista, fallecido en París en 2001.
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