Carlos Palomino, el joven madrileño de 16 años asesinado en el metro cuando acudía a una manifestación contra el racismo ha tenido una segunda muerte. La primera fue física, y se produjo cuando un militar neozani le asestó varias puñaladas con un machete reglamentario. Pero la segunda embestida homicida ha consistido en la agresión legal del parlamento europeo al aprobar por mayoría la “directiva del retorno”. Porque con su vergonzosa y brutal resolución la clase política de Bruselas ha legitimado en el Viejo Continente la barbarie de la xenofobia, dando rienda suelta a todo tipo de desmanes.
Continue a ler o texto aqui na red-libertaria.net.
Nenhum comentário:
Postar um comentário