La Argentina y Brasil ayer unieron fuerzas en la Asamblea del FMI para presionar por un objetivo común: acelerar las reformas que se necesitan para dar mayor participación a los países en desarrollo. Y obtuvieron algunos avances concretos, como el compromiso que asumió el estratégico Comité Financiero de distribuir un 10% adicional de cuota entre países que tienen una representación inferior a la que les correspondería por el tamaño actual de su economía.
El planteo incluyó la amenaza directa de los brasileños de impulsar la creación de una suerte de FMI regional, independiente de Washington. Fue hecha por el ministro de Economía, Guido Mantega, en la sesión inaugural del Comité que debe definir la estrategia del Fondo. La postura en favor de apurar los cambios en el reparto de poder interno fue ratificada por el ministro Miguel Peirano, en igual ámbito.
Texto completo (em espanhol, obviamente) no Leituras e Opiniões.
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