Sería suficiente mencionar las dudosas relaciones de José Miguel Vivanco, jefe "para las Américas" de la organización norteamericana Human Right Watch (HRW), con la fauna del Capitolio de Washington vinculada a la Agencia Central de Inteligencia (CIA), los más recalcitrantes "pitiyanquis" venezolanos o con la mafia cubanoamericana, para comprender su agresividad contra Venezuela, Cuba y los países progresistas de América Latina.
Pero hay más en la carrera de este personero asimilado al universo imperial, que lo hacen un auténtico mercenario de la gigantesca maquinaria de inteligencia radicada en Langley, Virginia.
Su entrada relámpago en la OEA con título de Asesor jurídico y luego de Procurador del Secretariado de la controvertida Comisión Interamericana de Derechos Humanos, cuando apenas se había levantado de los bancos de la Facultad de Derecho, ya provoca interrogantes.
Vivanco, consagrado desde hace unos años a difamar a Cuba, Venezuela y el conjunto de los países progresistas por cuenta de la HRW, nunca ha estimado importante explicar cómo fue su rápida ascensión en la burocracia de la OEA. Tampoco el letrado ha valorado responder de manera documentada a las acusaciones que lo relacionan con el régimen asesino del general fascista Augusto Pinochet.
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Um comentário:
Nos tempos da velha Guerra Fria, a Human Rights só denunciava violações de direitos humanos nos países da antiga Cortina de Ferro.
Mas ultimamente denunciou Abu Ghraib, e Guantánamo.
O El País já denunciava que a Venezuela tinha as piores prisões da América Latina, antes do rolo com a Human Rights.
Talvez, com tantos problemas prioritários na Venezuela, o presidente Chávez não tenha pensado neste, mas é difícil pensar em prisões piores que as brasileiras.
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